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Entrevista a Mireia Cabañes

Mireia es emprendedora social, está preparando un doctorado sobre el emprendimiento y la mujer con discapacidad, trabaja como influencer… os podríamos contar mil cosas de esta increíble mujer superviviente de un sarcoma de Ewing que le diagnosticaron a los 7 años, pero creemos que es mejor que os lo cuente ella. Leerla es aprender muchas cosas de la vida, os recomendamos que dediquéis unos minutos a descubrirla. Además, podéis seguirla en Instagram (@eme_cabanyes)

· ¿En qué momento te diagnosticaron cáncer y cómo fue tu experiencia durante el tratamiento?



Yo siempre fui una niña muy vital y muy activa y en septiembre del 93 empecé a sentirme con menos ganas porque me dolía bastante la rodilla. Me llevaban al médico con bastante regularidad y éste decía que mis síntomas eran señal de crecimiento. Esas mismas navidades empecé con bastante fiebre y muy apagada por lo que mis padres dijeron: “esto no va bien”. Volvimos al médico y el mismo diagnóstico, pero esta vez me dieron medicación para la fiebre. No obstante, el doctor nos recomendó que si empeoraba fuera directamente a urgencias al hospital. Y así fue, el 7 de febrero de 1994, día de mi séptimo cumpleaños me puse muy malita en el colegio, la profe llamó a mis padres y directa al hospital me fui. Ingresé, me hicieron una biopsia y dio negativa pero el médico, oncólogo infantil no se quedó del todo contento con el resultado. Me paliaron los dolores, me quitaron la fiebre y volví a casa a celebrar mi cumpleaños. A la semana o así volví a ingresar y esta vez, la biopsia fue positiva, me diagnosticaron un Sarcoma de Ewing en el fémur izquierdo.

La época del tratamiento no la recuerdo del todo clara, dicen que el cerebro es sabio y olvida todo aquello doloroso y quizás me haya pasado eso. Recuerdo momentos concretos dentro del hospital, me acuerdo estar en la uci y despertarme y estaba mi madre vestida de azul y la habitación llena de retratos míos. Yo tenía un pacto con mis padres y era que, si antes no me contaban las pruebas que me iban a hacer, no podían hacerme nada. Probablemente, mi opinión no contaba, pero de esta forma me hacían partícipe del proceso. Yo jamás lloraba, pero un día, mi padre se acababa de ir, y vinieron a hacerme radiografías creo, bueno pues los gritos que pegaba y los lloros no eran ni normal. Nadie me había informado de aquello, total que mi padre dio media vuelva y volvió al hospital porque tenía un presentimiento. Y allí me encontró, gritando y llorando. No autorizó hacerme esas radiografías y volví a la habitación. Supongo que fue ahí cuando se ganaron mi confianza.

Recuerdo también las tardes jugando a la videoconsola en cuidados intensivos, queríamos juntarnos los peques para jugar, pero obviamente no nos dejaban. Eran las tardes más divertidas y conseguías desconectar de lo que te estaba pasando. 

Recuerdo también que, el día que me quitaron la escayola tras la operación, estuve tres meses escayolada de pecho a pies, la ATS, se llamaba así por aquel entonces, me metió en la bañera. Tanto ella como mi madre hicieron un montón de espuma, no sé si porque era bueno o para que me divirtiera, pero no sabéis cómo acabó la pobre mujer. Apenas se le veía piel, su cuerpo estaba todo llenito de la espuma que yo le había tirado. Y el baño hecho un desastre, jajaja. Todavía me río cuando lo recuerdo.

Tengo una imagen también grabada en mi mente y es que, cuando pasaba largas temporadas ingresada, mi hermana venía a verme con mis abuelos, ella tenía 3 años. Ella se quedaba bajo y yo me asomaba por la ventana. A veces, no me quería asomar porque me ponía a llorar al verla, de hecho, ahora mismo me caen las lagrimillas al recordarlo. Supongo que la echaba de menos o que sabía que, de algún modo, todo lo que me estaba pasando a mi, ella también lo estaba sufriendo.

Otro momento importante y el que recuerdo divertido fue cuando, en casa mis abuelos, decidimos raparme la cabeza. Llevaban tiempo preparándome, de hecho, creo que nunca me importó que se me cayera. Sabía que volvería a crecer y encima tenía ilusiones de que me saliera rubio y rizado. Yo, morena de pelo listo. Y efectivamente, volvió a salir y más bonito que nunca, obviamente no me salió rubio, pero sí muy rizado. Ahora veo fotos de esa época y me río mucho, llevaba las gorras con mucho flow y parecía Will Smith en El príncipe de Bell Air.

 

· Hay mucha gente que desconoce que, una vez que el niño o adolescente ha vuelto a la normalidad, y a pesar de que el cáncer haya remitido, ese paciente a veces sigue necesitando cirugías y tratamientos puntuales por las secuelas de la enfermedad. A veces debe convivir con esas hospitalizaciones y esos nuevos parones en su vida. ¿Cómo afecta a la vida de un superviviente?


La verdad es que no es tarea fácil, quienes padecen un sarcoma, en cierto modo, lo padecen toda la vida. Nada que ver con el tratamiento de quimioterapia o con el propio cáncer, pero sí que, te deja secuelas que, además, no son pocas. Son muchas las épocas, a lo largo de tu vida, que se van a encontrar paralizadas o más lentas porque o tienes problemas con la prótesis, con la espalda,etc.

Los cambios de prótesis no son fáciles, al menos para mí. La adaptación me cuesta una barbaridad por lo que volvermos a usar muletas cada vez que la cambiamos. Debo, por así decirlo, aprender a andar cada vez que hago el cambio. Pero me lo tomo como algo bonito, pienso que soy un bebé y me queda toda una vida por delante para andar. Por otro lado, cada vez que tengo que aprender, intento hacerlo bien y no cometer los errores de mis pasos anteriores.

En mi caso, me practicaron una rotoplastia de Van Ness, un método muy innovador pero muy complicado. Y es que me amputaron el fémur y el resto de pierna (de rodilla hasta el pie), me lo injertaron a la propia cadera, pero del revés. Así, de este modo, la rodilla me hace función de cadera y el pie de rodilla. Sí, se que es complicado y difícil de entender. Estuve escayolada los tres meses de verano desde el pecho hasta los pies.

Una vez recuperada, vino la siguiente cirugía, debían cortarme el crecimiento de la pierna con la rotoplastia para así, dejar el pie a la misma altura de mi otra rodilla. Esta vez no salió bien ya que a lo largo de los años, la pierna creció.

Y cuando crees que todo acabado empiezan los problemas de cadera, de espalda o incluso de la propia pierna que hay que recordar que la rodilla realiza una función que no es la suya y, por lo tanto, a la larga, tiene sus consecuencias.

En estos 26 años post cáncer, mi vida se ha paralizado alrededor de 4 veces en los que he lidiado con dolores, con reposo absoluto, con incertidumbre de saber qué me pasaba, si me operaban nuevamente o no. Y un sinfín de cosas más a las que acabas acostumbrándote.

Y ahora acabo de pasar, por así decirlo, la peor época. Digamos que la discapacidad me la detectaron con 7 años, pero yo no la he sufrido hasta ahora. Siempre he sido una niña muy activa y no me ha importado mi limitación, he intentado esquiar, he estudiado y trabajado como la que más, he hecho miles de rutas, he viajado por el mundo. Incluso, bestia de mí, he hecho alguna que otra carrera por superarme a mí misma y luego he tenido que estar en cama recuperándome una semana y pico. Pero ojo, la sensación de adrenalina y de felicidad por haberlo intentado, no me la quita nadie. Vamos que he vivido como cualquier otra persona aventurera sin ninguna limitación.

Sabéis, que al crecer con la cojera y el desnivel de cadera, la columna sufre si no la trabajas desde pequeña, cosa que yo no hice. Por lo que, a día de hoy, al no haber musculado lo suficiente, tengo muy degeneradas algunas vértebras, bastante desviación y rotación de otras vértebras, inflamación crónica en la cadera, y la rodilla de la pierna con la rotoplastia destrozada. ¡Ojo que no lo cuento para asustaros! Que no es otra cosa que consecuencias de vivir la vida al máximo sin haberme preocupado de mi cuerpo. Y lo volvería hacer, pero esta vez de forma diferente.

Ahora os lo cuento riéndome, pero ha sido un proceso de aceptación bastante duro. Porque de forma gradual te vas dando cuenta de que cosas que antes hacías ahora ya no puedes o tienes que hacerlas diferentes. Que igual debes de dejar de vivir a lo loco y vivir escuchando a tu cuerpo. Cosa que yo no he sabido hacer hasta ahora.

Ahora por ejemplo, voy a empezar en el mundo del surf pero de manera adaptada y terapéutica. Como veis se puede hacer prácticamente de todo, pero con cabeza y no a lo loco como hacía yo antes.

 

· Recientemente, en algunos hospitales se están abriendo unidades de adolescentes, para que tengan un espacio diferenciado respecto desde los más pequeños. ¿Crees que es importante?

Claro que es importante, cada etapa de la vida requiere de unas necesidades y no se puede tratar igual a un niño que a un adolescente que, cada vez tiene más mentalidad de adulto, sin llegar a serlo.

Nunca he visitado estas unidades ni sé cómo están enfocadas, pero creo que son súper necesarias para que los adolescentes en tratamiento puedan hacer una transición de niño a adulto. En el que no solo se encuentren refugiados y en su mundo, sino que encuentren pues apoyo en otros adolescentes e incluso en profesionales. No podemos olvidar que es la etapa más dura en cuanto a hormonas y mente se refiere.

Os voy a contar mi ejemplo y eso que era una niña, Tras ser intervenida del sarcoma debía hacer mucha rehabilitación con tan mala suerte que en hospital infantil no tenían las infraestructuras suficientes. Total, que el médico, decidió ingresarme en un hospital especializado en rehabilitación, con tal mala pata que mis compañeros de habitación eran personas que habían sufrido ictus. Había un hombre prácticamente en estado vegetal, una señora que no estaba bien y se pasaba el día gritando y diciendo cosas feas y un hombre, el cual solo recuerdo, haciendo sus necesidades por todas partes. Bueno pues cogí un trauma súper fuerte, no quería comer, me pasaba el día llorando, mi madre no se podía separar de mí… Y debido a esto, todo lo bien que había estado psicológicamente durante el tratamiento, se vio afectado. Cogiéndole miedo incluso a la rehabilitación.

Con este ejemplo quiero decir o demostrar, que cada etapa de la vida tenemos una personalidad y una necesidad que se debe tratar acorde. Que un adolescente es demasiado mayor para ser tratado como a un niño pero no está psicológicamente preparado para ser tratado ni estar rodeado de personas mayores. Por lo que, estas unidades son súper necesarias siempre y cuando, sepan cómo gestionarse.

 

· ¿Cómo has gestionado tanto las preguntas incómodas sobre la amputación o el cáncer, como las reacciones que a veces provoca la respuesta? Muchas veces las familias nos comentan que se encuentran ante situaciones muy incómodas que no saben cómo resolver. ¿Podrías darles algún consejo?



Pues yo creo que, como todo, hay que tratarlas con normalidad. A día de hoy, no conozco ninguna pregunta incómoda que me puedan hacer, no tengo ningún tema tabú. Por lo que, suelo contestar a todo sin ningún problema e incluso me río cuando veo lo que quieren preguntar, pero no saben cómo.

Es normal que tanto familias como pacientes tengan cierto miedo a la reacción de la gente pero por mi experiencia, la gente es súper prudente y además, te tratan con naturalidad si tú también lo haces.

El problema está cuando, las propias familias, tratan el tema como tabú o diferente. En ocasiones, hasta incluso, los propios médicos, no se atreven a hablar con claridad y naturalidad del tema por no mencionar el hecho de pedirte verla.

Yo tengo mis días y también soy bastante bromista. Tengo historias de todo tipo para contar la operación, la favorita de mis amigas es que un tiburón me mordió cuando participaba en una competición de surf en Hawaii cuando era pequeña.

 

· En ASION contamos con un centro donde nuestros profesionales rehabilitan secuelas cognitivas y físicas, y hacemos especial hincapié en que la sociedad y las familias descubran la importancia de la rehabilitación para que los supervivientes tengáis una mayor calidad de vida. ¿Qué papel ha jugado la rehabilitación en tu vida?

Empezaré diciendo que, ojalá haber tenido acceso a vuestro centro. Por desgracia, en 1994 todavía no existía. La rehabilitación es una de las partes más importantes en el proceso de la propia enfermedad. Y del proceso ya no hablo solo cuando el cáncer está en activo, sino, los años de después que, en personas, con sarcoma, se convierte, nuevamente, en toda la vida.

Mi experiencia no es muy buena ya que, mi cirugía al ser complicada y diferente, no supieron adaptarme la rehabilitación. Claro, que estoy hablando de hace muchísimos años. Estuve yendo al hospital que os comentaba, pero lo que me hacían y nada, era lo mismo. Gané muchísimo más haciendo ejercicios en mi piscina. Por lo que, me tomé la rehabilitación un poco por mi cuenta. Y esto fue un error. Además, los médicos tampoco supieron guiarme. Supongo que lo mío fue un experimento que salió bien y en el que apenas tenían experiencia.

El problema estuvo en que, una vez dominé la pierna y conseguí coger algo de fuerza no fui constante y lo dejé. Debido a ello, cogí malos hábitos al andar con la prótesis y no fortalecí lo suficiente los músculos. Por lo que, a medida que mi cuerpo se iba desarrollando, iba padeciendo ya no solo dolores, sino también desviaciones tanto en cadera como en columna.

Me arrepiento de pocas cosas en esta vida, pero de la que más me arrepiento es de no haber hecho rehabilitación o deporte adaptado durante todos estos años. Ya que, si lo hubiera hecho a día de hoy no estaría como estoy. Es decir, todos los problemas que tengo ahora, me los podría haber evitado haciendo rehabilitación. 

Tanto es así, que llevo un mes acudiendo a un hospital privado para hacer la rehabilitación que no he hecho años a través, a ver si encuentro mejora.

 

· En tu caso, ¿cómo ha influido el cáncer y la discapacidad en tu etapa de adolescencia y juventud, a la hora de hacer amigos o relacionarte? A muchos niños y adolescentes les preocupa que las secuelas o la enfermedad sean por ejemplo un problema a la hora de encontrar pareja. ¿Qué les dirías?



La verdad es que, gracias a mi personalidad, nunca he tenido problemas a la hora de hacer amigos o relacionarme con la gente o incluso de encontrar pareja. Supongo que fue porque, desde el primer momento, asumí que soy diferente, que tengo limitaciones y eso nunca va a cambiar.

Desde mi propia experiencia me he dado cuenta que los demás te ven como tu te ves. A día de hoy ocurre que, me llaman para correr o para ir a hacer un viaje de senderismo y cuando me empiezo a reír y les digo: “¿recuerdas que no puedo, que llevo una pierna ortopédica”? Enseguida se ríen me piden perdón y me cuentan que se les había olvidado.

Recuerdo también que la adolescencia fue la peor época porque es en la que aparecen todas las inseguridades. Si estas inseguridades le aparecen a cualquier adolescente, imaginaos a los que somos diferentes. Pero aquí es donde hay que hacer el mejor trabajo de fortaleza mental, de personalidad y como es obvio, muchas veces apoyada por profesionales.

También me gustaría añadir que, el trabajo de empoderamiento, no solo debe ser nuestro, la familia cobra también mucha importancia. Son los primeros que deben asumir lo que ocurre y normalizarlo. De nada sirve que el propio niño o adolescente lo esté trabajando bien si luego llega a su ámbito familiar y se siente, sobreprotegido, escondido por el qué dirán o limitado en cuanto a libertad se refiere. Esto hará que el temor a no ser aceptado, aumente.

Es como si yo, subo una fotografía natural mía a redes sociales y tengo a mi hermana, a mis padres y a mi pareja diciendo que cómo subo eso, que se van a reír de mí. Eso hará que no me sienta segura, que me vea inferior y que acabe eliminándola, ya no solo por miedo sino también por protegerlos. Porque, nos guste o no, tendemos a proteger a nuestra familia y no so gusta que sufran por nuestra culpa. Y a la larga hará que yo jamás me muestre natural ni segura de mí misma porque ellos no me ven así y no les quiero hacer daño.

 

· Has pertenecido al Grupo de Veteranos de ASION. ¿Que te aportó esa experiencia?



La verdad es que, ha sido una iniciativa buenísima pero que, al vivir entre Madrid y Valencia y trabajar, no he podido asistir tanto como me hubiera gustado. Estuve al principio de su creación y la verdad es que tenía muy buena pinta pero, entre trabajo, viajes y demás, no pude asistir lo que hubiera querido por lo que, apenas puedo aportar mucho valor a esta pregunta.

La química o el entendimiento que hay, entre personas que hemos pasado por un cáncer sea de niños como de adolescentes, no tiene nada que ver con la relación que tienes con el resto de personas. Es súper especial y en ellos encuentras el refugio que necesitas, incluso muchas veces para desahogarte.

En este grupo había eso, un espacio en el que podías hablar sin tabúes y en el que, además, contabas con profesionales que te ayudaran.

 

· Poco a poco se van visibilizando las secuelas físicas del cáncer, pero se habla mucho menos de las emocionales (ansiedad, miedo, depresión), y sociales (dificultad para encontrar o conservar el trabajo…). Desde tu perspectiva, ¿te has encontrado con barreras de este tipo?

Quien diga que no la ha encontrado alguna de ellas, miente. La verdad es que no me considero una persona con miedo, soy mucho de lanzarme a por las cosas. Pero sufro muchísimo de ansiedad y tengo épocas en la vida en las que se me pronuncia mucho.

A causa de la cirugía y los dolores no duermo bien por lo que, descansar me cuesta mucho y eso a veces, me da ansiedad. En las épocas de reposo, la ansiedad se apodera bastante de mí ya que, soy una persona súper activa y no llevo bien el estar parada.

Por otro lado, he tenido bastante suerte en el terreno laboral ya que soy una persona muy echada para adelante y con una mente súper emprendedora. He trabajado para distintas empresas, como autónoma o para entidades públicas.

Es verdad que, en mi época como asesora laboral a personas con discapacidad, he podido observar que existe cierta tendencia a rechazar a personas con discapacidad o con alguna patología. Creo que esto ocurre por el propio desconocimiento de la persona que te entrevista o de la propia empresa. Existen varios estudios que avalan que, las empresas con diversidad entre sus empleados, obtienen ya no solo mejores resultados, sino que, el ambiente laboral es muchísimo más sano y feliz.

Yo ahora me encuentro en una situación complicada ya que, mi discapacidad, por así decirlo, no me permite desarrollar mi profesional tal y como hacía antes. Estoy a esperas de la resolución de incapacidad permanente. Que, probablemente, si las empresas fueran distintas y además de adaptar los puestos, dejaran trabajar por objetivos y no por horarios, no me haría falta la incapacidad.

Si me la conceden, no quiere decir que vaya a dejar de trabajar, ni mucho menos, soy demasiado activa y tengo mucho que aportar todavía ala sociedad. Es más que nada porque, no puedo trabajar en igualdad de condiciones que el resto ya que, a causa de la rotoplastia de Van Ness, no puedo estar largos periodos sentada ni de pie y tomo medicación muy potente.

 

· Al lanzarte al mundo laboral tras terminar sus estudios, ¿compartías las mismas inquietudes que tus compañeros o amigos, o tenías claro que te querías orientar al mundo asociativo o vinculado a la discapacidad? 



Compartía prácticamente las mismas inquietudes que mis amigos. Pero sí que es cierto que a yo tenía más tendencia a emprender y ellos a buscar el trabajo de su vida. Orientarme al mundo asociativo, social o vinculado a la discapacidad ha venido solo, tras una larga trayectoria.

Una vez emprendí, se me puso como ejemplo de emprendedores con discapacidad y más siendo mujer por lo que ya me vinculé a la asociación de emprendedores con discapacidad. Una vez allí, vi que había bastante potencial, profesionalmente un nicho en el que se podía ganar dinero en temas de accesibilidad a la misma vez que ayudabas y decidí trabajar en ello pero antes, nada más salir de la facultad mis inquietudes eran las mismas que las de mis compañeros de universidad.

 

· ¿Puedes contarnos a que te dedicas profesionalmente, y cuáles son tus proyectos?

Para esta pregunta necesitaría muchas horas, jaja. Soy una mujer terremoto y multidisciplinar. Soy una apasionada de la comunicación y el marketing por lo que, he dedicado prácticamente toda mi carrera profesional a asesorar a pymes, autónomos, fundaciones, asociaciones y grandes empresas.

Por otro lado, dada mi experiencia en emprendimiento, asesoro y ayudo a personas con discapacidad a poner en práctica su idea de negocio. Es más, el año pasado hice un máster sobre emprendedores en la URJC y mi TFM ha ganado un pequeño premio de investigación. En él, cuyo título era, “EL EMPRENDIMIENTO DE LOS UNIVERSITARIOS CON DISCAPACIDAD EN EUROPA. NUEVAS PERSPECTIVAS Y PROPUESTAS OPERATIVAS 2020-2024”, trataba un poco el tema de cómo está el terreno laboral en personas con discapacidad y qué se puede hacer para mejorarlo.

Este año, para seguir un poco en esa línea, he comenzado un doctorado en el que me voy a centrar en el papel de la mujer con discapacidad en el terreno laboral, el título, que todavía puede sufrir cambios es: «El emprendimiento como estrategia para el empoderamiento de la mujer con discapacidad y su impacto directo en la economía».

Además, tras analizar las consecuencias que la pandemia ha tenido en los autónomos y profesionales con discapacidad, he creado, junto a otros compañeros, la Asociación Española de Empresarios y Autónomos con Discapacidad, (AEAD) de la cual soy vicepresidenta.

Hasta que llegó el Covid, daba diferentes charlas por universidades, colegios, asociaciones y demás. En unas trataba el emprendimiento en primera persona, en otras hablaba sobre el cáncer, otras sobre la discapacidad y en otras simplemente ayudaba a los pequeños a ver a otros compañeros con discapacidad de una manera más natural.

Las redes sociales son otro de mis trabajos al igual que mi blog.

 

 

· Desde tus redes sociales y tus apariciones en medios intentas visibilizar y normalizar la discapacidad. ¿Puedes compartir tu visión de este tema con nosotros?



En mis redes sociales me muestro tal cual soy, sin tapujos y sin tabúes. Y es una de las cosas que más atractivo me dicen que tienen. No conozco la palabra vergüenza y presto poca atención a lo que puedan pensar los demás por lo que subo fotografías o vídeos sin pensarlo demasiado. Si estoy en un chalet de una amiga disfrutando en pantalón corto, ¿para qué me voy a vestir para la foto? Lo muestro tal cual y no hay problema. De hecho, mi pie, tiene muchos fans, jaja.

No sabéis lo precioso que es que la gente te escriba para darte las gracias por lo que le has ayudado. Y encima, les has ayudado sin darte cuenta porque tu solamente te muestras tal cual eres. Digamos que sirvo como ejemplo de superación tanto para personas que están pasando por un cáncer como para personas que tienen otro tipo de problemas y eso hay que aprovecharlo. Me gusta mucho dar mensajes positivos y de superación. Porque si la vida ya se encarga de ser complicada, ¿para qué te la complicas tú todavía más?

De hecho, gracias a las redes sociales, he ido algunos hospitales para ver a niños y adolescentes en tratamiento y al verme, han sacado de dentro muchísimas curiosidades y se han abierto, cosa que en su día a día no suelen hacer. Es súper gratificante también poderles ayudar y ver cómo, dentro de lo fastidiados que están, gracias a tus palabras o tus actos, sonríen.

Hace poco, tras una publicación, me llamaron de un cole de Valencia que tenían a un niño con problemas de visión y a otro en silla de ruedas. Como extraescolar, montamos una sesión en el que me ponía un poco como ejemplo y les contaba mi caso y luego utilizaba a los dos peques con otro ejemplo. Pues gracias a todo lo que hicimos, a día de hoy, están súper integrados en el colegio por lo que, es impresionante lo que se puede conseguir si te muestras tal cual eres y te ven como ejemplo.

Por otro lado, ver como gente no era capaz de realizar cosas y gracias a tus consejos o a tu forma de ver la vida lo consigue y encima te hace partícipe del proceso, es una pasada.

Por no decir, lo bonito es que la gente se olvide de que tengo limitaciones. Me integro tanto en cómo soy que a la gente se le olvida que tengo problemas.

Las redes sociales sirven tanto de escaparate como de desahogo, hay gente que tiene problemas de comunicación o de integración y gracias a estas, consigue mantener relaciones de amistad con otros seguidores o expresar y compartir todo lo que lleva dentro.

 

· Además de haber superado muchos retos en tu vida, también has sido reconocida como mujer emprendedora. Como despedida, ¿qué mensaje les darías a los niños y adolescentes con cáncer?
Les diría lo de siempre, que no se rindan, que todavía tienen una vida por delante para disfrutar. Que el camino no va a ser fácil, pero que de mayores se darán cuenta de todo lo que han aprendido. Y que desde este momento son las más especiales del mundo porque son de las pocas que van a saber lo que cuesta la vida y por lo tanto de las pocas que van a saber vivirla, que lo aprovechen.

Que hay que aferrarse a sueños y a objetivos. Que piensen cada día en lo que más les gusta o algo que les gustaría hacer y se lo pongan como meta para cuando se recuperaren puedan conseguirlo.

Que expresen, que es bonito y sano decir lo que se siente y además, es la única manera de que los comprendan bien.

Que no tengan miedo, que lo bonito está en lo diferente o en lo especial. Que probablemente la vida que tenían antes no va a volver, pero que pueden construir una mejor, más bonita.

Y que por favor que no se olviden que la gente los va a ver como se ven ellos. Que si se ven fuertes, contentos y capaces, la gente los va a ver así. Y que cuando se sientan solos, y más ahora con el tema del covid, piensen en toda la gente que hay fuera esperándolos y toda la gente que todavía les queda por conocer.

Que disfruten cada día de todas las pequeñas cosas que les ocurren, que nunca dejen de reír y que por favor, que coman y hagan rehabilitación, que este tema yo no lo he llevado bien y a día de hoy sufro las consecuencias.

Que son unos cracks y a modo de magia les paso toda mi energía, que hay muchas cosas en la vida por las que ser felices y que si no saben cuáles son, les animo a descubrirlas. Y que si pudiera, les daba el abrazo más grande del mundo.

Podéis ver el vídeo de su vida aquí.

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