
Conoce a Alicia Moraleda, neuropsicóloga en ASION
Con motivo del Día Nacional de la Psicología, queremos poner en valor el trabajo tan importante que realiza nuestro equipo con nuestras familias. Por esta razón, hoy nos gustaría que conociérais mejor a Alicia Moraleda, neuropsicóloga en ASION. Por esta razón, le hemos pedido que nos cuente en primera persona por qué decidió dedicarse a esta profesión, y como es su trabajo en ASION:
Desde siempre tuve claro que quería dedicarme a algo que ayudara a los demás, que me permitiera hacer algo por el otro, porque para mi desde bien pequeña ha sido una máxima. En mi familia he convivido con la discapacidad de mi primo desde niña, y eso con los años no fue otra cosa que un enriquecimiento personal que sin duda me ha hecho mejor persona y profesional, porque me ha brindado la oportunidad de ponerme en situaciones que me han ayudado a entender mejor a las familias de ASION.
Yincana en el Corte Inglés de Preciados y visita a Cortilandia
Estudié psicología tras pensar en otras opciones, y me alegro de no haber elegido otro camino, de haberme especializado en neuropsicología, en daño cerebral, y estar trabajando en ASION. Sin duda, ha sido una gran oportunidad y un continuo aprendizaje que siempre va acompañado de empatía y sensibilidad. Tras cada entrevista con las familias antes de la evaluación neuropsicológica y en las propias evaluaciones, me doy cuenta de lo importante que es prestar atención para que no se escape nada, para poder reflejar a posteriori en los informes lo que es importante para el día a día de los niños y adolescentes en todos los ámbitos, e intentar minimizar el impacto de las posibles afectaciones cognitivas que observamos. Por otro lado, me alegra ver que los niños reciben las sesiones de rehabilitación como momentos de aprendizaje en los que disfrutan porque, aunque trabajan duro, hacerlo con motivación y actitud positiva, buscando alternativas y soluciones, siempre es un plus.
En la sala de fisioterapia
Tras varios años en ASION y observar algunos detalles a nivel educativo que no terminaba de entender, decidí formarme en orientación educativa. Necesitaba tener claro cuales eran los derechos a los que se pueden acoger los niños y adolescentes oncológicos y, de esta forma, enriquecer no sólo los informes neuropsicológicos incluyendo pautas concretas para los centros educativos, sino ofrecer una información de calidad a las familias ante las distintas dudas que surgen con los cambios cognitivos, físicos, conductuales y emocionales derivados de los tratamientos oncológicos.
Sesión de rehabilitación en entorno natural
Aparte de acompañar e intentar cuidar a las familias de ASION, también he aprendido lo importante que es cuidarse, autocuidarse. Al final nuestro trabajo nos crea un impacto emocional que no desaparece cuando te quitas el uniforme o cierras la puerta, sino que abordamos en nuestros propios espacios personales de terapia porque, sí, los psicólogos también necesitamos este espacio y parte de que podamos continuar desempeñando nuestra labor es gracias a eso. En esta parte, no me cansaré de reflejar mi admiración por todas mis compañeras, pero especialmente por mis compañeras de departamento, siempre ahí para todo, para arrimar el hombro o para hablar de lo importante que es el autocuidado como profesionales y como personas, ¡gracias equipo!
Por otro lado, me gustaría destacar la suerte que tengo, por ejemplo, al compartir sesiones de trabajo con Borja, nuestro fisioterapeuta. Creo que ambos aprendemos mucho trabajando juntos y conseguimos el equilibro entre la diversión y la exigencia de nuestras disciplinas. Y también, logramos trasladar aspectos importantes para los niños, los adolescentes y sus familias, no solo a las sesiones presenciales en nuestro centro de rehabilitación, sino también en los casos domiciliarios y que tantas conversaciones nos hacen compartir para abordar las necesidades de la familia de la mejor forma posible.
Con Borja, fisio de ASION
Por último, en estas últimas líneas me gustaría dar las gracias a todos los niños y adolescentes que me han otorgado algún cargo como “sargento”, aunque ellos saben que con un poco de música, alguna reflexión o algún disfraz todo cambia. Darles las gracias también por dejarme acompañarles en sus momentos de frustración, en entender sus ritmos y en ver sus puntos fuertes, hay que aprender a ponerse en su lugar para entender a la persona que tenemos enfrente para ver el esfuerzo que hay detrás de cada paso.
En Micropolix
Espero que todas las familias con las que hemos trabajado o trabajaremos sepan lo importantes que son para nosotros y que seguiremos aquí, intentando mejorar sin perder la empatía, y aunque no lo solemos verbalizar, les tenemos un cariño especial.
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