Terapia ecuestre:los caballos catalizadores de autoestima y superación
Wister, Apache, Greta, Nevado y Ginger…
No son protagonistas de ninguna novela, ni super héroes de una peli de acción, pero para nosotros si son nuestros mejores amigos. Estos nombres pertenecen a los caballos que están ayudando a nuestros chicos de ASION, todos los viernes, a minimizar las secuelas que les ha dejado el tratamiento del cáncer que han padecido.
¿Por qué con caballos?
De todos es sabida la relación especial de los niños con los animales. ¿Quién no ha deseado tener alguna vez una mascota a la que cuidar y dar todos los mimos? Pues esto va más allá del cuidado casero, de la entrega y de la superación.
Nos sorprendería saber que los caballos son animales con una sensibilidad extraordinaria a los estados de ánimo de las personas, interpretan gestos y sobreentienden la actitud de los futuros jinetes, estableciendo sintonías muy positivas para su recuperación.
Objetivos terapéuticos: emocional y físico
Los talleres ecuestres que viene desarrollando ASION, a lo largo de estos meses, están integrados en su programa de ‘Deporte adaptado’. Esta actividad, que cuenta con el asesoramiento técnico de Equidae, pretende aunar el deporte y el contacto con la naturaleza, además de la rehabilitación emocional de los niños y adolescentes que han sido tratados por cáncer.
El proyecto de ‘equitación adaptada’ está dirigido por Nacho Clemente y Borja Recuenco, psicólogo y fisioterapeuta de ASION, están convencidos de que los animales contribuyen en gran manera a ayudar a los niños y adolescentes a superar sus limitaciones.
Como nos confirma Nacho, “los caballos son receptivos a nuestra atención y nos aceptan como somos”.
Desde el primer momento, trabajan la autoestima del paciente porque les hacen ver que es el animal quién obedece y ellos quienes llevaban las riendas
La segunda vertiente de este taller es trabajar la parte física del niño y del adolescente aprovechando las cualidades físicas del caballo. Porque como nos cuenta Nacho, “el movimiento natural del caballo es el mismo que realiza el ser humano al andar”, por lo que el niño ejercita de manera natural el paso y mueve su cadera al ritmo del caballo.
Y, por último, una parte indispensable para establecer la relación fraternal con el animal son los primeros y últimos 15 minutos del taller, el cuidado y cepillado del caballo. El niño tiene que hacerse responsable del caballo, preparlo para las clases y, al finalizar, limpiar y recoger los aperos que ha utilizado como parte de la disciplina.
Deberíais ver la cara de satisfacción de los ‘jinetes noveles’. La superación, la autoestima, la responsabilidad, las habilidades sociales, son algunas de las facultades que adquieren a través de un juego, de un taller que les despierta “el poder de uno mismo”, como señala Nacho.
… Y los padres, a relajarse y disfrutar
Durante la hora y media que dura el taller, los padres van sufriendo una lógica transformación. Comienzan por la desconfianza ante una actividad desconocida y que, a priori, parece peligrosa. Pero eso solo es una sensación, puesto que los niños y adolescentes están en constante supervisión de un monitor experto, además de nuestro equipo ASION.
Tras este primer impulso de protección natural, llega la etapa de la duda ‘¿eso hace mi hijo?’ para terminar en la del relax y satisfacción por ver a su hijo capaz de todo.
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